quinta-feira, 20 de agosto de 2015

Augusto César Sandino


Augusto César Sandino "Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo. Otros nos seguirán." "En uno de aquellos días manifesté a mis amigos que si en Nicaragua hubieran cien hombres que la amaran tanto como yo, nuestra nación restauraría su soberanía absoluta, puesta en peligro por el mismo imperialismo yanqui. Mis amigos me contestaron que posiblemente habría en Nicaragua ese número de hombres, o más..." Augusto César Sandino Nació en el 18 de mayo de 1895 en Niquinohomo, departamento de Masaya. Su madre fue una humilde campesina llamada Margarita Calderón, que se desempeñaba como doméstica y obrera agrícola; su padre fue Gregorio Sandino, un mediano propietario, productor agrícola. Su infancia transcurrió al lado de su madre; ahí conoció y sufrió toda clase de miserias y privaciones. A los once años pasó a vivir a casa de su padre. "Mi mayor honra es surgir del seno de los oprimidos, que son el alma y nervio de la raza." En plena adolescencia Sandino fue testigo de la primera gran intervención militar del imperialismo norteamericano en Nicaragua que culminó con el asesinato del general Benjamín Zeledón. "Era yo un muchacho de 17 años y presencié el destace de nicaragüenses en Masaya y otros lugares de la República, por las fuerzas filibusteras norteamericanas. Personalmente miré el cadáver de Benjamín Zeledón, quien fue sepultado en Catarina, pueblo vecino al mío. La muerte de Zeledón me dio la clave de nuestra situación nacional frente al filibusterismo norteamericano; por esa razón, la guerra en que hemos estado empeñados, la consideramos una continuación de aquella." A la edad de 20 años Sandino deja la casa de su padre para buscar la manera de hacer su vida por sí mismo, y así recorre haciendas y plantaciones trabajando como ayudante de mecánica, volviendo más tarde a Niquinohomo para dedicarse al comercio de granos. Posteriormente, Sandino sale hacia Honduras, empleándose en La Ceiba como guardalmacén del Ingenio Montecristo, propiedad de la Honduras Sugar and Distilling Company. En el año 1923 deja Honduras y llega a Guatemala, donde se coloca en las plantaciones de la United Fruti Company en Quiriguá; ese mismo año sigue su viaje hacia México, donde comienza a trabajar en Tampico para la South Pennsylvania Oil Company. En 1925 pasa al campamento de la Huasteca Petroleum Company, en Cerro Azul, estado de Veracruz, donde permanece hasta su regreso a Nicaragua en junio de 1926. Prontuario ilustrado de las agresiones de EE UU contra los pueblos de nuestra América. Clic para descargar Estando en México, Sandino se vincula con líderes sindicales, obreros, militantes socialistas, anarquistas y masones. Es ahí donde conoce las luchas sindicales, la agresión yanqui contra México por el control de los yacimientos petroleros, de la propia Revolución Mexicana y, en fin, del progreso de las luchas de la clase trabajadora. "...en vista de los abusos de Norteamérica en Nicaragua, partí de Tampico, México, el 18 de mayo de 1926 -en donde me encontraba prestando mis servicios materiales a la compañía yanqui- para ingresar al Ejército Constitucionalista de Nicaragua, que combatía contra el régimen impuesto por los banqueros yanquis en nuestra república." A su regreso a Nicaragua, el país se encontraba sacudido por una guerra civil, llamada Constitucionalista, resultado de la lucha entre los liberales y conservadores por el control del poder político. En esta guerra, los conservadores, una vez más, habían solicitado la intervención yanqui para mantenerse en el poder. Dentro de ésta guerra, Sandino aparece como una nueva fuerza que representa las aspiraciones populares contra la dominación que casi dos décadas había ejercido el imperialismo norteamericano en Nicaragua. ACUERDO SOBRE LOS TRAIDORES DE LA PATRIA "Son traidores a la Patria: Todo nicaragüense que con miras políticas trafique con la honra de la nación, solicitando apoyo oficial de los invasores de la patria, así como el gobierno de la Casa Blanca... El que prestare ayuda a los invasores y traidores para asesinar a los patriotas nicaragüenses que están defendiendo la soberanía nacional." Ya en Nicaragua, se emplea en el mineral de San Albino en donde logra constituir, con algunos mineros, la primera célula sandinista con la que daría inicio a su propia batalla dentro de la Guerra Constitucionalista. El primer combate se da en El Jícaro. La falta de experiencia de la columna sandinista, la escasez y pésima calidad de las armas harían que sufrieran una derrota, pero aquella pérdida sólo serviría para reafirmar su vocación de lucha. Posteriormente, Sandino reagrupa a su gente y, después de dejarla bajo seguro en el cerro El Chipote, se dirige con unos pocos hombres hacia la Costa Atlántica donde estaba el grueso de las tropas liberales, viajando en pipantes sobre el Río Coco, en medio de la selva, en una travesía de muchos días y de muchas penalidades que no podía realizarse sin la ayuda de los indígenas zambos y misquitos que pueblan la zona. Soldados sandinistas durante la guerra, esos indígenas formarían una eficiente aunque primitiva marina de guerra con pipantes, llevando por el río guerrilleros, municiones y alimentos. El 14 de mayo de 1927, el imperialismo norteamericano puso fin a la Guerra Constitucionalista, haciendo que liberales y conservadores firmaran el pacto de El Espino Negro, donde se plantea el desarme general, la creación de la Guardia nacional (GN) y la supervisión de las elecciones por parte de los marines, terminándose así con las hostilidades. Sandino es el único de los generales que rechaza la imposición yanqui y decide continuar la lucha hasta expulsar a los marines, teniendo que enfrentarse a traidores e invasores, en una larga lucha de liberación nacional. "Ya en el teatro de los acontecimientos me encontré con que los dirigentes políticos, conservadores y liberales son una bola de canallas, cobardes y traidores, incapaces de poder dirigir a un pueblo patriota y valeroso." General de Hombres Libres Augusto Calderón Sandino El 1ro. De julio de 1927, Sandino lanza su primer manifiesto: "A los nicaragüenses, a los Centroamericanos, a la Raza Indohispana. ...ante la patria y ante la Historia, juro que mi espada defenderá el decoro nacional y dará la redención a los oprimidos. Acepto el reto del cobarde coloso invasor y de los traidores a la Patria. Nuestros pechos serán murallas donde se estrellen sus hordas, pues tengo la firme convicción de que cuando hallan matado al último de mis soldados, más de un batallón de los de ellos habrá mordido el polvo de mis agrestes montañas." El día 16 de julio de 1927, Sandino atacó la ciudad de Ocotal, en el departamento de Nueva Segovia, protegida por una guarnición de marines; con aquella batalla, que duró desde las horas del amanecer hasta la tarde, el mundo sabía que la guerra de liberación había comenzado. "Cuando murió (Coronel Rufo Marín), era jefe de mi Estado Mayor, pero sin grado oficial, porque apenas estábamos comenzando. Murió en la primera batalla que tuvimos en el Ocotal, peleando como un león, al frente de su columna, en el asalto al cuartel de los marinos, el 16 de julio de 1927. Fue mi primer brazo derecho y gran alentador. Lo sentí inmensa y fraternalmente." El día 2 de septiembre de 1927, Sandino y sus hombres suscriben el documento oficial de constitución del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. El número de efectivos del Ejército Defensor varió, de entre 2000 a 6000 soldados que llegó a tener en la época de expansión más grande de sus operaciones, en 1930-1932. Sus columnas estaban bajo el mando cada una de un general, y cada una tenía a su cargo un área territorial de operaciones militares, organización civil y paramilitar, recolección de impuestos, lo mismo que para la organización de la producción agrícola. En esas áreas llegaron a funcionar escuelas de primeras letras para los soldados y los campesinos. En los cuarteles de la montaña había también niños huérfanos de guerra, que se les conocía como el "Coro de Angeles". Asistían a las emboscadas, y su papel consistía en dar gritos, vivas y hacer toda clase de ruidos, dando unas veces la impresión de que el número de sandinistas era mayor, y otras, que llegaban refuerzos. Estos niños, cuando crecían, llegaban a ser soldados regulares y debían conquistar su propio fusil, como el caso del coronel Santos López. "Nuestro ejército es el más disciplinado, abnegado y desinteresado en todo el mundo terrestre, porque tiene conciencia de su alto papel histórico." "Nuestro ejército, por la magnitud de su lucha, constituye una autoridad moral continental." Combatientes internacionalistas acudieron al llamado de la lucha antiimperialista de Nicaragua; intelectuales, estudiantes y obreros llegaban de distintos puntos de América Latina hasta Las Segovias a prestar servicio militar; los hubo de México, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Republica Dominicana, Venezuela, Colombia, Honduras. Algunos como soldados de línea, otros sirvieron en el Estado Mayor como secretarios de Sandino; varios allí murieron. "El amor a mi patria lo he puesto sobre todos los amores y tú debes convencerte que para ser feliz conmigo, es menester que el sol de la libertad brille en nuestras frentes." Carta de Sandino a Blanca Aráuz. "Los actos de heroísmo de las mujeres que colaboraron en el ejército, no sólo son muchísimos, sino que además las mayoría requieren largas historias para explicar los sacrificios que sufrieron y los peligros que enfrentaron por amor a la patria y todas, campesinas, maestras de escuelas, enfermeras, amas de casa y aún señoritas de sociedad, rindieron servicios sin los cuales nuestra guerra no habría sido posible." Para hacer frente a aquellas perspectivas de una guerra larga, Sandino sabe que necesitará mucho mas recursos de los que tiene, ya que sus armas son los pocos rifles anticuados de la pasada guerra civil, o los que se recuperan a los marines en las emboscadas y combates. Por eso decide, en enero de 1929, escribir al presidente de México, Emilio Portes Gil, pidiéndole la autorización de viajar hacia allá, llevando en mente buscar personalmente la ayuda que necesita, ya que los comités más entusiastas de apoyo a la lucha están en México. En mayo de 1929, Sandino sale hacia Honduras en viaje a México, arribando en 28 de junio al puerto de Veracruz, donde es recibido por una miltitud. Va acompañado por sus lugartenientes que pertenecen a las brigadas internacionalistas: Farabundo Martí, Rubén Ardila Gómez, José de Paredes, Gregorio Gilbert. Allí se les juntaría también su hermano Sócrates, quien llegaba de Estados Unidos, donde había participado en los mitines sandinistas en Nueva York. Sandino definió así el carácter de su lucha: "Este movimiento es nacional y antimperialista. Mantenemos la bandera de libertad para Nicaragua y para toda Hispanoamérica. Por lo demás en el terreno social, este movimiento es popular..." Durante el período de 1927 a 1932, Sandino y el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua libraron más de 500 heroicos combates. "De esta manera sangrienta, han sido una vez más castigados los asesinos extraños y los patricidas que durante tanto tiempo han humillado la soberanía de amada Nicaragua." Después de haber derrotado la intervención militar norteamericana y dadas las condiciones internas e internacionales que existían, Sandino decide el 2 de febrero de 1933 firmar un Convenio de Paz con el presidente Sacasa, sin que esto significara que hubiera abandonado su programa de lucha. "La paz se firmó para evitar el regreso de la intervención armada que apenas estaba detrás de la puerta, esperando regresar antes de un año... Ese es el secreto por el cual no salgo del Norte, para estar pendiente de todos los momentos en que se presente la oportunidad de restaurar también nuestra independencia política-económica." Después de firmado el convenio, Sandino viaja varias veces a Managua a entrevistarse con Sacasa para discutir las violaciones que ha dicho convenio hacía la Guardia Nacional, asesinando y persiguiendo a los miembros del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. La noche del 21 de febrero de 1934, cuando Sandino regresaba de la casa presidencial, después de haber hablado con el presidente Sacasa, es detenido frente al cuartel del Campo de Marte por una patrulla de la Guardia Nacional. Don Gregorio Sandino y Sofonías Salvatierra son conducidos a prisión, mientras que los generales Sandino, Estrada y Umanzor son llevados al lugar de su ejecución, siendo fríamente asesinados a los pocos minutos. La orden del imperialismo y del jefe director de la GN, Anastasio Somoza García, había sido cumplida. Aquellos que creyeron que con el asesinato de Sandino perecía una línea política, militar e ideológica, estaban equivocados; el sandinismo se hallaba arraigado en la conciencia de nuestro pueblo, buscando completar la obra iniciada por el Padre de la Revolución Popular y Antiimperialista. Es así como surge el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, heredero y continuador del programa popular y antiimperialista del general Sandino. Fuente: Congreso Bolivariano de los Pueblos

quarta-feira, 19 de agosto de 2015

Mario "Roby" Santucho, comandante del ERP...


Biografía de Mario Roberto Santucho Por Manuel Justo Gaggero Hijo del procurador judicial Francisco Rosario Santucho de la maestra Manuela del Carmen Juárez, nació en la ciudad Santiago del Estero el 12 de agosto de 1936. Don Francisco tuvo diez hijos, siete de los cuales nacieron de sus primeras nupcias con El. mina Isabel Juárez y los tres restantes -el mayor de los cuales era Mario Roberto- del segundo matrimonio con una hermana de la fallecida primera esposa. Desde muy joven, prácticamente en la adolescencia, comenzó a interesarse por las ideas políticas como consecuencia permanente debate en el seno de su familia en un momento trascendente de la vida nacional, corno fue la década de los 50. El conflicto ideológico que se generalizaba en al ámbito social ante la evidente caducidad de una forma de producción y de vida -la fase premonopólica del capitalismo- conducía al cuestionamiento de valores burgueses, generando contradicciones y la búsqueda de nuevas formas de convivencia. Los cuestionamientos no sólo se referían a lo económico y político, sino que se extendían a lo ideológico. Los cambios que se producían en el mundo al concluir la guerra contra el fascismo, exponían ante los pueblos nuevas y promisorias experiencias al desmoronarse la barrera de ocultamiento y desinformación erigida por el imperialismo. El enfrentamiento bélico permitió conocer la realidad de la construcción, del socialismo en la URSS, desenmascarando las patrañas que difundían los confabulados en la defensa del ya agotado orden burgués. En un hogar profundamente católico con sólidas raíces nacionales, nivel económico y prácticas de vida de las capas más .populares de la pequeña burguesía del interior, los nuevos vientos encontraron inmediata receptividad, disipando confusiones, unificando puntos de vista aparentemente opuestos y aportando procesos sintetizadores que, repitiéndose en muchos otros casos similares, definen una tendencia digna de un análisis más detenido. Sus primeras inquietudes de participación se canalizaron a través de su acercamiento al Centro de Estudios e Investigaciones Socio-Económicos de la Provincia de Santiago del Estero y a la revista Dimensión, donde desempeñaba un papel prominente su hermano Francisco René, quien años después como dirigente del PRT, fuera secuestrado y desaparecido en la ciudad de Tucumán durante el gobierno de: Isabel Perón (abril de 1975). Ya comenzaba a interesarse por el marxismo aunque todavía desde una posición crítica, que fue matizando en las relaciones con militantes de izquierda e intelectuales que participaron en las actividades culturales que se desarrollaron en esos círculos. En esas circunstancias conoció, entre otros, a Bernardo Canal Feijoo, Rodolfo Khun, Héctor Agosti, Miguel Angel Asturias, Hernández Arregui y al intelectual polaco anticomunista Witold Gombrowicz, quienes contribuyeron a fortalecer su aspiración de profundizar el conocimiento de la problemática social y política. Ya estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad de Tucumán, interviene activamente en las luchas universitarias participando en la fundación del MIECE (Movimiento Independiente de Ciencias Económicas) que -surge como alternativa entre el Movimiento Reformista -constituido fundamentalmente por corrientes radicales, comunistas y socialistas- y el Humanismo, que expresaba a sectores católicos y a la derecha conservadora. Su bandera de lucha estaba en el cuestionamiento a las vacilaciones y el abandono de las reivindicaciones del estudiantado del Movimiento Reformista que dirigía el Centro de Estudiantes, absorbido por una estéril polémica principista con el Humanismo. Priorizó la lucha por las reivindicaciones principales del conjunto, interesados fundamentalmente en encontrar motores condiciones para avanzas en sus estudios , y el apoyo a la Revolución Cubana, aún no definida como, socialista. El MIECE triunfó en las elecciones de 1959 ganando el Centro de Estudiantes y consagrando a Santucho como delegado estudiantil al Consejo Tripartito. La experiencia se extendió a otras facultades, con distintas denominaciones, alcanzando en varias de ellas importantes éxitos generando el nacimiento de una tendencia distinta a las tradicionales del estudiantado. Comenzaban ya a definirse muchos de los atributos que caracterizaron su personalidad en las luchas posteriores. Su pasión por el estudio, muchas veces obstaculizado por las exigencias de una intensa militancia, trataba de ser satisfecha con organización y constancia, robándole horas al sueño y hasta utilizando métodos de lectura veloz, no siempre acordes con una necesaria profundización. Una confianza ilimitada en las masas lo dotaba de optimismo y una dinámica contagiosa, lo que le permitió enfrentar ambiciosos objetivos generando energías y despertando fuerzas, muchas veces ignoradas, en los que acompañaban en sus esfuerzos. A comienzos de 1961, y con la aspiración de llegar a Cuba, viaja en compañía de su esposa Ana María Villarreal a través de varios países de América latina; esa experiencia resulta determinante para su futuro. En Perú conoce al líder aprista Raúl Haya de la Torre, cuyas ideas influenciaban en el naciente Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP). Sale decepcionado de la entrevista. El propagandizado antiimperialismo de Haya de la Torre, en esas circunstancias enmarcado en la "guerra fría' de la potencia imperialista contra el campo socialista, se ha transformado en un mero desarrollismo vergonzante que lo desenmascara ante sus visitantes. Llega a los EE.UU., participa en debates y da conferencias en algunas universidades, conociendo desde adentro el bastión del capitalismo, palpando las falencias del progresismo de su intelectualidad y las increíbles limitaciones que manifestaban las individualidades más contestatarias al sistema. Hace escala en México donde palpa el descarnado rostro de la inicua explotación a la inmensa mayoría del pueblo, en una democracia capitalista con estabilidad política, presentada por la burguesía como modelo a imitar al resto del continente. Desembarca en Cuba en un instante decisivo de su Revolución, cuando se proclama el avance hacia el socialismo. El contacto esa realidad, las conversaciones con los líderes fundamentales y el contraste que advierte con todas las que conociera hasta ese momento -incluso la de la Argentina peronista- definen sus aspiraciones revolucionarias y su adaptación de la ideología marxista-leninista. Regresa convencido y, con su característica decisión, impulsa los pasos para su plena integración a la lucha por la revolución argentina. En su ausencia, -el 9 de julio de 1961, se había fundado formalmente el FRIP como materialización de la concepción americanista antiimperialista, con reivindicaciones indigenistas que profesaban algunos de los componentes, fundamentalmente Francisco René. La opción que enfrentaba en esas circunstancias Mario Roberto, estaba en incorporarse a alguna de las organizaciones que invocaban, el marxismo o trabajar para construir una nueva organización con objetivos definidamente revolucionarios. Se decide por la más arriesgada, por la única que consideraba factible en ese momento a pesar de las enormes dificultades que presentaba. Visualiza al FRIP como el embrión a desarrollar hacia el objetivo del partido revolucionario. Fue necesario un intenso debate ideológico interno para superar las profundas diferencias existentes entre su proyecto y las convicciones y metas de muchos de sus compañeros. El poder de convicción del ya conocido "Roby", su ya mentada tenacidad y una práctica conjunta con sectores marxistas en Santiago del Estero (PC y PS) en apoyo a la Revolución Cubana, permitieron importantes avances políticos en los principales componentes de la organización, no sin que se produjeran dolorosas deserciones. Particular importancia reviste, en ese paso, la evolución de Francisco René quien, desde su visión filosófica idealista en un complejo proceso de profundo análisis y debate, concluye enrolado en la concepción materialista dialéctica, donde su producción no fue lo rica que era de esperar al ser víctima, justamente en esa etapa, de la represión de la derecha fascista. Se lanza intensamente a la actividad de construcción política de la organización. Por ese entonces, el FRIP se extendió a Tucumán, volcándose Mario Roberto al trabajo entre los obreros azucareros. Participando activamente en las luchas que libraban en defensa de la fuente de trabajo y del nivel salarial, amenazados por el proceso de concentración que impulsaban los grandes ingenios monopólicos de Salta y Jujuy. En la misma época, escribe un análisis marxista, estudiando la estructura económica y de las clases sociales del norte del país, el peso en su economía de la industria azucarera y el importante rol de los trabajadores del ingenio y del surco por su concentración y experiencias de luchas; en él se planteaba la necesidad de la alianza del proletariado azucarero con el campesinado pobre y medio y la importancia de neutralizar a otros sectores medios y pequeño burgueses para aislar a la gran burguesía azucarera. Dicha investigación fue conocida como "Cuatro Tesis sobre el Norte Argentino". La permanente dedicación al estudio de los clásicos fue complementada con una riquísima práctica social, en la que fue forjándose definitivamente su personalidad, afirmándose sus convicciones y el temple revolucionario que lo erigieron en el símbolo que hoy es. Al mismo tiempo, su profundo internacionalismo caracterizó toda su militancia. Ya vimos con qué inquietudes conoció la Cuba revolucionaria; también fue un incansable estudioso y propagandizador de los procesos de Vietnam y todo el sudeste asiático, además de la "Revolución de los claveles" en Portugal que "Roby' miraba con particular esperanza. De la misma manera, fue uno de los principales impulsores de la unidad de los revolucionarios del cono sur de nuestro continente, cristalizada en la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR) que agrupó al MIR de Chile, el MLN Tupamaros del Uruguay, al ELN de Boliiia y a nuestro Partido. Integra plenamente su militancia y sus luchas con su vida familiar y de relación. No concebía la práctica política aislada y su confianza, seguridad y poder de convicción influenciaron a todos los que lo conocían. Su compañera Ana María fue erigiéndose en un importante dirigente, lo que la convirtió en víctima de la represión, habiendo sido herida de bala en un reparto de alimentos en un barrio obrero y luego detenida dos veces. En la primera fue liberada en la fuga del Buen Pastor en Córdoba y en la segunda oportunidad, luego de la fuga de Rawson, fue asesinada junto con otros 15 revolucionarios en la base naval de Trelew el 12 de agosto de 1972. Del matrimonio nacieron tres hijas: Ana, Marcela y Gabriela, las que compartieron casi todas las vicisitudes de la vida de sus padres. Fortalecido el FRIP, Santucho se preocupa por establecer relaciones y acercamientos con otras organizaciones marxistas, en la búsqueda de un diálogo que permitiera acercar posiciones y tácticas diferentes. Son conocidos los permanentes esfuerzos que impulsó para generar un debate fecundo con el PCA a quien, pese a las vitales diferencias que mantenía, calificaba como el aliado estratégico en vista a la formación del partido del proletariado. Los primeros intentos comenzaron antes del nacimiento del PRT, en Santiago del Estero, pero se frustraron por la negativa de los dirigentes comunistas locales a mantener relaciones con trotskistas. Con posterioridad -y sobre todo a partir del desprendimiento de los grupos que seguían a Nahuel Moreno- se produjeron avances, aunque con polémicas poco constructivas por su antagonización. No obstante ello, en base a las relaciones que fue estableciendo Mario Roberto en la cárcel, se logró un buen nivel de discusión, materializado no sólo dentro del penal sino también en la atención desde el exterior, a cargo del responsable político del PC de Trelew, compañero Bel, que luego fuera secuestrado y desaparecido durante el golpe de 1976. Esas relaciones prosiguieron siempre polémicas, pero con pasos constructivos (como la conmemoración conjunta del primer aniversario de la Masacre de Trelew en agosto de 1973 ) hasta cortarse con la acción militar en el Comando de Sanidad, el 6 de septiembre de 1973. En el camino del acercamiento a otras corrientes marxistas, participando en las luchas de los trabajadores tucumanos, comienza a establecerse vínculos con militantes de Palabra Obrera, organización de tendencia trotskista que desarrollaba el "entrismo" en el peronismo obrero tucumano. Esas vinculaciones a niveles de base fueron facilitando el acercamiento de ambas organizaciones en la región, donde incluso se participa conjuntamente en una experiencia electoral que permite incorporar a dirigentes obreros a la legislatura de la provincia en 1964. En ese proceso y a pesar de las profundas diferencias que advierte Santucho entre las posiciones de ambas organizaciones impulsa la unificación en la Fundación del PRT (25 de mayo de 1965) alentado por las grandes coincidencias que encuentra en la vinculación con la base de P.O. En la lucha interna que inmediatamente se desata en el PRT, Santucho desempeña un rol prominente en el enfrentamiento a las fundamentales posiciones del trotskismo. Su papel en el III, IIV y V Congreso son vitales en las decisiones que se adoptan, rechazando la política del "entrismo", definiendo el tipo de partido como marxista-leninista e impulsando en la práctica la lucha en apoyo a la resistencia de los trabajadores azucareros ante la violencia de la dictadura militar de Onganía. Durante ese período, Mario Roberto es detenido en dos oportunidades. Primeramente en Tucumán donde es trasladado permanentemente en diversas comisarías del interior para prevenir intentos de fuga o de liberación por parte de sus compañeros. Finalmente es alojado en la Penitenciaría de la ciudad de Tucumán, junto con todos los presos pertenecientes al PRT. Mediante un ardid para lo cual, con la ingestión de un medicamento, se provoca los síntomas de un ataque de hepatitis, logra su traslado al Hospital Provincial; allí logra fugarse aprovechando un descuido de la guardia, en un cambio de turno. Viaja inmediatamente a Buenos Aires para participar en el V Congreso que estaba en preparación. Posteriormente, en agosto de 1971, es nuevamente detenido en la ciudad de Córdoba cuando se aprestaba a viajar junto con otros militantes para apoyar la fuga de sus compañeros de la Penitenciaría de Villa Urquiza de Tucumán, donde estuvo alojado. Inmediatamente trasladado a la prisión de Villa Devoto en Buenos Aires, es mantenido bajo un riguroso control. Poco tiempo después es detenida en Tucumán su compañera Ana María, quedando sus tres hijas bajo la atención de sus abuelos. En la cárcel, Santucho impulsa el estudio la formación política de los varios centenares de militantes de la organización, al mismo tiempo que se esfuerza por mejorar las relaciones políticas conlos prisioneros de otras organizaciones populares, especialmente PC, Montoneros, FAR y FAP. Se destacan sus esfuerzo para unificar posiciones -a veces notablemente enfrentadas- entre las diversas tendencias políticas, sobre todo entre el PC y las organizaciones peronistas que desarrollaban la lucha armada. Asimismo, establece sólidos vínculos con destacados militantes políticos y sindicales como Raimundo Ongaro, Armando Jaime, Pujadas y sobre todo Agustín Tosco, con quien mantuvo una fecunda vinculación hasta el final de sus vidas. Trasladado a Rawson, penal de máxima seguridad, prepara minuciosamente el plan de la fuga que se efectiviza el 15 de agosto de 1972. En su elaboración, prevé al máximo los diversos detalles de la operación, viéndose precisado a insistir y argumentar reiteradamente, con las dificultades naturales de su prisión, ante la indecisión y la falta de confianza de los que ocupan transitoriamente la Dirección del Partido. La operación en el penal se consumó a la perfección, lográndose el pleno control interno. Pero la falta de fe y las debilidades de los que comandaban las fuerzas de apoyo exterior generó un serio problema. Al intentar el grupo de vanguardia dominar la última guardia externa, se produjo un breve intercambio de disparos que ocasionó, en la jefatura de operaciones externas, la decisión de retirarse con los vehículos para el traslado de los liberados ante la visión de que habría fracasado el intento interno. Consecuencia de tan nefasto error fue la tardía llegada del segundo contingente de liberados al aeropuerto de Trelew (donde estaba copado y retenido el avión regular de Austral), su obligada rendición y el ulterior asesinato por fuerzas de la Marina de 16 de los 19 revolucionarios allí encerrados. Los seis dirigentes principales de las organizaciones participantes ERP y FAR en la planificación e implementación y Montoneros solamente en la fuga de sus presos- lograron llegar en el avión secuestrado a Chile, donde obtuvieron asilo del gobierno la Unidad Popular de Allende para ser trasladados posteriormente a La Habana. Dichos dirigentes fueron nuestros compañeros Santucho, Domingo Mena y A. Gorriarán Merlo, además de Marcos Osatinsky y Roberto Quieto por FAR y Fernando Vaca Narvaja por Montoneros. Casi inmediatamente, en noviembre de 1971, retornó al país, poniéndose al frente de la organización que pasaba por una situación crítica a causa de la notable reducción cuantitativa de sus integrantes (gran cantidad de militantes estaban en prisión) y por la debilidad política de la Dirección transitoria. Se impulsa a partir de entonces un proceso de incesante desarrollo y crecimiento de la organización. La situación era sumamente compleja: el abandono por el peronismo de su política nacionalista burguesa y las manifiestas divergencias de las propuestas de las fuerzas populares, no obstante la combativa resistencia de los trabajadores y distintos sectores del pueblo a la política de concentración, van creando las condiciones para el golpe fascista favorecido por la división de las fuerzas políticas y el repliegue de las masas, sin conducción, frente a la agresión del terrorismo de estado. La instalación del gobierno constitucional de Cámpora inicia una compleja coyuntura en la política del País, en la que la agudeza que adquiere el enfrentamiento social y el acelerado desarrollo del PRT y del ERP imponen un ritmo absorbente a la actividad. La vida de Santucho se liga cada vez más indisolublemente a la lucha partidaria, resultando casi imposible remarcar hechos personales separados de la política del PRT, de sus análisis y de sus propuestas. Participa en todas y cada una de las decisiones fundamentales, correspondiéndole la fundamental cuota en los errores y en la trascendente presencia que manifiesta en la decisiva fase de la vida nacional que transcurre entre 1973 a 1976. Constituye pareja con Liliana Delfino, integrante del CC de la organización y responsable de Propaganda Nacional, que lo acompaña hasta su muerte, circunstancia en la cual es secuestrada y desapareciera por las fuerzas militares que asaltaron su vivienda de Villa Martelli. De esa unión nació Mario Antonio. El PRT caracteriza correctamente las posibilidades del gobierno de Perón desde el punto de vista de los intereses de clase que representaba y del objetivo de contener la lucha de masas, para lo cual se vería precisado a seguir el rumbo antipopular. La justeza de ese análisis y la activa presencia del Partido y del Ejército en la lucha de clases concita la confianza de las capas más politizadas -que comienzan a participar en su lucha- y el respeto del conjunto de las masas. Al mismo tiempo, desarrolla esfuerzos para el acercamiento con otras organizaciones populares en procura de acuerdos unitarios que permitan coordinar actividades conjuntas. Los pasos en ese sentido resultan poco fructíferos, no solamente por las diferencias de propuestas políticas sino por los profundos desacuerdos en el análisis de la situación, lo que exacerba el tradicional sectarismo en la izquierda argentina. Además de ello, la incomprensión de la etapa democrática la subsistencia le la visión en el PRT, determina la implementación de la táctica de grandes operaciones militares para fortalecer el enfrentamiento a los avances de la derecha fascista, después de la renuncia de Cámpora. Las falencias de esa política comienzan a advertirse al poco tiempo y ello induce a Santucho a profundizar el análisis de las propuestas que permitieran la participación de las grandes masas -que comenzaban a desencantarse de las posibilidades del gobierno luego de la muerte de Perón- en el ya generalizado enfrentamiento de las clases. "Poder Burgués y Poder Revolucionario" constituye el producto de esa reflexión y es aprobado en el Comité Central "Antonio del Carmen Fernández" de septiembre de 1974. Pero ya resulta irreversible la inercia del proceso, no solamente por las dificultades, sino también por la dinámica de cada una de las organizaciones, que limitaba las posibilidades de una modificación táctica. Sin embargo Santucho persistió en sus objetivos de unificación con las fuerzas afines, aún reduciendo la amplitud de las alianzas. Hasta sus últimos momentos, bregó incansablemente por concretar un acuerdo con Montoneros, Organización Comunista Poder Obrero (OCPO) y Partico Comunista Marxista Leninista (La Plata), con el proyecto de la Organización para la Liberación de Argentina (OLA). En ese esfuerzo fue sorprendido por el ataque militar a su vivienda, donde en esa circunstancia se encontraba junto a Liliaria Delfino, la compañera Ana María Lancillotto de Mena y Benito Urteaga. Fiel a sus convicciones y manteniendo la conducta de toda su vida, no obstante la inferioridad numérica y de armamento, junto con Urteaga enfrentó el ataque militar. Liliana Delfino y Ana Maria Lancillotto fueron secuestrados. Era el día 19 de julio de 1976.